Esta Red cuenta con el auspicio del Ministerio de Ciencias y Tecnología, a través del CNPq – Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Ordenanza 016/2004 – PROSUL). Su propósito consiste en promover la integración entre grupos de investigación que operan en el área de transportes de los países Iberoamericanos, cuyo foco principal son los Polos Generadores de Viajes, considerando que: 

A) El sector de transportes presenta enorme relevancia, por representar típicamente una porción significativa de la riqueza de un país y de sus presupuestos tanto gubernamentales como familiares, además de sus potencialidades en interferir en la calidad ambiental y en el desarrollo socioeconómico. 

B) La naturaleza del fenómeno de los transportes, cuyas experiencias comúnmente no son reproducibles, dificulta la transferencia directa de Tecnología, procesos y prácticas exitosas en otros contextos, exigiendo que se hagan ajustes en las condiciones locales y, consecuentemente, un esfuerzo mayor para comprender el problema, que debe servir de referencial al seleccionar la solución más indicada. 

C) El sector de transportes reúne distintas deficiencias y necesidades comunes en los países de Latinoamérica, como la presencia de grandes y complejas metrópolis, desigualdades socioeconómicas y en la oferta de servicios, la falta de planeamiento y políticas públicas articuladas, restricciones para el soporte institucional y legal, limitaciones de los 
cuadros técnicos y de los bancos de datos, falta de una infraestructura de transportes jerarquizada e integrada, así como sistemas de transporte radiales y basados en modalidades viales. 

D) Las especificidades de los transportes observadas en los países latinoamericanos, son bien diferentes de los abordajes y Tecnologías adoptadas tradicionalmente en los países desarrollados – tales como los Estados Unidos y Europa. 

E) A pesar de su latente interés, las Universidades de nuestro continente actúan sin la debida articulación entre sí, en función de las conocidas restricciones financieras. 

En este contexto, queda en relieve la interacción establecida entre el transporte y el uso del suelo, especialmente en lo que respecta a los mega emprendimientos denominados aquí Polos Generadores de Viajes (PGVs), o sea: lugares o instalaciones de distintas naturalezas cuyo punto en común es el desarrollo de actividades en un porte y escala capaces de ser 
altamente atractivos para la población, producir un contingente significativo de viajes, necesitar grandes espacios para estacionamiento, carga y descarga y embarque y desembarque promoviendo, por ende, potenciales impactos en los sistemas viales y de transporte así como sobre el desarrollo socioeconómico y la calidad de vida de la población. Los shopping centers, hipermercados, hospitales, universidades, estadios, terminales de carga, estaciones de transporte público y hasta áreas 
protegidas del tráfico de pasaje con múltiples instalaciones productoras de viajes, son meramente algunos tipos de PGV. 

Estos emprendimientos, cuando se encuentran bien ubicados y proyectados, pueden: 

a) estimular la adopción de políticas de gestión de la demanda de viajes para promover una movilidad más sustentable; 
b) fortalecer la centralidad local, sirviendo como articuladores de las construcciones adyacentes y 
c) colocar a disposición actividades y servicios no existentes, valorando y desarrollando la región en la cual se insertan. Además, las concentraciones de actividades presentes en estos Polos tienden a proporcionar ganancias comparativas y competitivas, frutos de las economías de escala, que pueden favorecer a los clientes interesados en ellas y a sus emprendedores. Sin embargo, cuando los PGVs presentan deficiencias de proyecto y se instalan en locales incompatibles, pueden provocar la saturación de las infraestructuras colectivas y disfunciones sociales, 
expresadas por el deterioro de los centros tradicionales de calle competidores, cambios indeseables en el uso del suelo, degradación ambiental, así como problemas de circulación, estacionamiento de vehículos y los conocidos embotellamientos y accidentes de tránsito. 
Debido a esta dualidad, es importante estudiar la planificación, el trazado de las dimensiones y la implantación y ubicación de estos emprendimientos, con el propósito de maximizar sus efectos positivos y minimizar los negativos, propiciando su factibilidad financiera y garantizando concomitantemente su compromiso con el interés social. Esta dimensión técnica – hasta por el grado de involucración de los diversos intereses, generalmente contradictorios-, tiene importancia vital para 
subsidiar el proceso de toma de decisión inherente a la implementación de un PGV. Por consiguiente, existe una preocupación cada vez más intensa por parte de los órganos de tránsito y de transporte y de las empresas privadas que actúan en el sector, sobre estos efectos. También han surgido innúmeros trabajos sobre el asunto, inicialmente en los Estados Unidos y Europa, y a partir de la década de 80 también en Brasil. 

A pesar de ese esfuerzo internacional de investigación, fruto de las diferencias socioeconómicas existentes entre los países, así como de las características peculiares de cada PGV, las especificidades resultantes justifican el desarrollo de métodos y modelos compatibles con las condiciones locales y con la realidad de los países latinoamericanos. 
En este sentido, es fundamental no sólo sistematizar el conocimiento sobre este tema, sino también proponer procedimientos, modelos y parámetros para analizar los impactos que los mismos produzcan en el sistema vial, coherentes con la realidad de nuestras ciudades. Se espera que esta base de conocimiento pueda ser de utilidad y brindar soporte técnico para 
garantizar la realización de los Planes Directores, y de los Estudios e Informes de Impactos Ambientales y de Vecindad. 

Patrocinadores

 

Colaboradores